El origen de [intervalos] es el malestar derivado del proceso de elaboración de una tesis doctoral. La mayoría de estos trabajos académicos se conciben desde una perspectiva individualista, competitiva y limitante. Aunque es indudable que el resultado nunca es obra exclusiva de un [YO], las formas y formatos de estas investigaciones siguen alimentando una idea de autoría individual que no se corresponde con la realidad.
El proyecto [intervalos] nace como resistencia a este escenario y sus consecuencias. Apostamos por compartir los espacios de aprendizaje y generar conocimiento en común. La intención es que el reconocimiento de quienes acompañan los procesos doctorales no se quede en una línea en los agradecimientos, sino que rebase el folio como pro-boca-acción de la autoría colectiva negada. Esto se hace todavía más necesario cuando se trata de personas que, aunque no pertenezcan a la academia, se sienten interpeladas por lo que en ella se aborda.
Una investigación sobre la voz-escucha pedía a gritos polifonía y creatividad. Esto se ha transformado en un contenido que se expande más allá de la escritura, que suena, se toca, se escucha y se baila como encuentro de sentidos. Si todo el mundo tiene una historia que contar sobre la voz, en [intervalos] hemos querido orientar el oído en una dirección concreta. Nos interesa la voz vulnerable, la voz emocionada, la voz acuerpada, la voz disidente, la voz desde los márgenes que no pide que le den voz, sino que exige ser escuchada.
En esta atención a cómo el sonido nos toca, hemos acompañado nuestros propios itinerarios sonoros durante el proceso creativo, que también ha tenido mucho de intervalo. Entre corchetes de pandemia y desaceleración económica, se aceleraron los ecos de nuestras cabezas. Las ideas, melodías, imágenes y huellas se hicieron hueco entre un espacio-tiempo y otro de nuestra vida programada. En el trayecto de casa al trabajo o del trabajo a casa; en el abismo de insomnio una noche cualquiera; en la tregua de aire fresco cuando la ansiedad no asfixia. Hemos compartido dolores y duelos, y también la certeza de que crear juntes ha sido una forma revolucionaria de hacer vibrar la vulnerabilidad de nuestras voces.
[intervalos] es una invitación a la escucha desde unas coordenadas desorientadas.

Fotograbado y aguafuerte, 2022.